Una de las intenciones que me llevan a la formación de este blog, a mis 91 años, es la de rescatar del olvido los versos que con cualquier motivo o excusa, solían utilizar para dar respuesta o hacer comentarios. También algunos versos que han ido pasando de forma oral. Era una práctica común el hablar en verso; tal vez porque Los Puertos de Altagracia era un lugar plagado de amantes de las artes. Entre los personajes tenemos a Olimpíades Rodríguez, Ezequiel Sangroni, Tirsa Leal, Héctor Leal, Trino Romay, Evangelista Díaz, Rafael Ávila.
Rafael María Ávila “Titán”, es quizás, el improvisador más popular, y de quien se ha podido recopilar bastantes versos, además de coplas y décimas. Muchas de sus cuartetas reflejan su relación con la muerte ya que trabajaba en el cementerio como sepulturero.
De noche en la oscuridá
Envuelto en una penumbra
Bajo tranquilo a la tumba
Donde reposa mamá.
En esta vida ilusoria,
Fue su historia refulgente
Y hoy será indudablemente
Arco iris de la gloria.
Hacía diferentes trabajos por encargo, además de sepulturero.
Me atrevo a decir también
No sé cuál será el misterio,
Que las flores del cementerio
Se alegran cuando me ven.
Cuando había algún difunto que no tenía familiares, se sacaba algún cadáver muy viejo para, en su lugar, enterrar el nuevo. La Sra. Carmela Soto viuda de Juan Orosco, le ofreció el pago de 10 bolívares a Titán con tal de que no sacara de la tumba a su marido, pero ella no fue puntual en la cancelación, a lo que Titán le mandó a cobrar con el siguiente verso:
Decíle a Carmela Soto
Que dice el sepulturero,
Que si no manda el dinero
Le saco a Orosco y lo boto.
Se decía de un espíritu que salía en una vieja casa, Titán fue a retarlo:
Tenga o no tenga dinero
El muerto se sale de aquí
¿por qué no me sale a mí,
Que soy el sepulturero?
Se comenta que participó en la guerrilla, de allí que con fusil en mano, dijo:
Aquí estoy de centinela,
El que pase hiede a muerto,
Una vez, no más lo alerto
Y a las dos le doy candela.
Rafael María Ávila “Titán”, vivió en la pobreza.
- Cuando Titán se acuesta
Que no lo ven caminando
Es que le están lavando
La ropa que andaba puesta.
- Ese pote y un cajón
Y dos tablas desiguales
Son los muebles principales
Que adornan mi habitación.
- Si voy a una tienda a fiar
Pienso y repienso primero
De que me diga el pulpero
Cuentas no puedo llevar.
- No hay desgracia sin fortuna
Ni mal que por bien no venga,
Yo por mal que me mantenga
Nunca me acuesto en ayunas.
Su ayudante se llamaba Eudoro, Titán le dijo que fuera haciendo la sepultura mientras él iba a comprar una botella de ron, al regreso encontró que ya la sepultura estaba lista, a lo que agregó:
Digo con mucha razón
Que Eudoro el sepulturero
Abre un hueco más ligero
Que un chamaco en un cardón.
*Chamaco es el nombre que le dan por la zona al pájaro carpintero
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