martes, 12 de julio de 2011

En aquellos días no contábamos con acueducto, así que el agua era llevada a las casas cargadas a lomo de burro, en latas de 19 litros donde viene el aceite o la manteca. Puede el lector imaginar  el ruido que ocasionaban las latas al estar vacías, tropezandose, 2 de cada lado del burro. 
Esto lleva a mi amigo y consuegro Manuel Martínez, a recordar a Titán...

HUMOR Y CUENTO Manuel Martínez Acuña.
Todavía para mediados del siglo XX, era una costumbre arraigada en Los Puertos de Altagracia, eso de sentarse a conversar afuera, por  las tardes, en el frente de las casas, después de que la familia dejaba a un lado los quehaceres cotidianos.
Fue así como, un vez de tantas, se diera el caso especial de que, pasara por la calle, a la vista de una de esas familias, el sepulturero y conocido versificador Rafael Ávila, Titán, quien como sepulturero del pueblo, regresaba de hacer su trabajo en el cementerio.
Aprovechando uno de los presentes, ese momento, lo detiene, para pedirle que le improvise a la hermosa, traviesa y revoltosa morena, Flor Ángela, un verso, de los tantos que él hacía a la medida de cada circunstancia.
Pero, Titán, cansado y conociendo bien a la retozona muchacha, se excusa en seguida; pero termina por ceder.
No obstante, replica antes: ¿Ajá, y si se pone brava?  
Cómo se va a poner brava, Titán, dijeron todos en coro; si tus versos son tan elogiados.
Entonces recitó Titán, la siguiente cuarteta, en octosílabos:
ERES LA FLOR DE LAS NATAS,
LA REINA DE LA MELUYA,
CON EL CULO HACÉIS MÁS BULLA
QUE UN BURRO CON CUATRO LATAS.

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